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LO QUE ENSEÑA LA BIBLIA ACERCA DEL PERDÓN DE LOS PECADOS.

 

 

EL ÚNICO CAMINO DE SALVACION

1. ¿Gracias a quién y a qué somos salvos?                                         1 Pedro 2:24

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2. ¿Cuánto cuesta la salvación?                                                             Romanos 3:24

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OBTENIENDO EL PERDON

3. ¿Qué reconocimiento sincero debe experimentar el pecador?      Lucas 18:10-14

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4. ¿Qué sentimiento profundo es indispensable?                                 Hechos 2:37-38

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5. ¿Qué se debe hacer con los pecados?                                             Salmos 32:3-5

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LA DULCE SEGURIDAD DEL PERDON

6. ¿Qué maravilloso ofrecimiento hace Dios?                                        Isaías 1:18

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7. ¿Cuán completo es el perdón divino?                                                 Isaías 43:25

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¿QUE DEBO HACER?

1. Arrepentirme de todo corazón.                                                             Hechos 3:19

2. Confesar todos mis pecados.                                                               1 Juan 1:9

3. Experimentar la conversión.                                                                  Ezequiel 36:25-27

 

 

 

Mi resolución: Pido humildemente perdón por mis pecados. Creo que Dios me perdonará. Quiero vivir una vida santa en Jesús.

 

 

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Acepto

 

 

 

ESTUDIO ADICIONAL

Pasos para obtener el perdón:

1) Reconocimiento de la condición de pecador (1 Juan 1:8; Salmos 51:2,3).

2) Arrepentimiento sincero (Hechos 3:19; Lucas 3:8; 13:3-5).

3) Aceptación de Jesús como único Salvador (Hechos 4:12; 5:31; 10:43).

4) Confesión. La confesión es indispensable (Salmos 32:1-5; Proverbios 28:13). Debe nombrar el pecado cometido (Levítico 5:5). Pagará por los daños causados (Levítico 6:4), La confesión debe ser hecha a Dios (1 Juan 1:9; Isaías 1:18; Salmos 103:3).

5)   Conversión (2 Crónicas 7:14; Hechos 3:19).

El maravilloso perdón de Dios. Dios perdona completamente (Isaías 43:25; Hebreos 8:12; 10:17). El perdón es gratuito (Romanos 3:24). Somos per­donados en el acto (Lucas 23:39-43).

Obtener el perdón es como arreglar una cuenta pendiente. El pecador no tiene con qué pagar la deuda; pero Jesús la pagó por él en ¡a cruz del Cal­vario y ofrece los méritos de su sacrificio al que desee aceptarlos.

Arrepentimiento. El arrepentimiento verdadero comprende dolor sincero y profundo por haber peca­do (2 Corintios 7:10). El arrepentimiento es indis­pensable para obtener el perdón (Hechos 2:37,38).

Confesión. Los pecados deben ser declarados a Dios porque sólo él puede perdonarlos. No puede haber perdón a menos que haya sincera y completa confesión (Proverbios 28:13). “La confesión de nue­stros pecados, ya sea pública o privada, debe ser de corazón y voluntaria. No debe ser arrancada al pecador. No debe hacerse de un modo ligero y des­cuidado. La verdadera confesión es siempre de un carácter específico y reconoce pecados particulares... La confesión no es aceptable para Dios si no va acompañada por un arrepentimiento sincero y una reforma. Debe haber cambios decididos en la vida; todo lo que ofenda a Dios debe dejarse. Tal será el resultado de una verdadera tristeza por el pecado” (Elena G. de White, El Camino a Cristo, págs. 38, 39).

Conversión. Como resultado directo del arrepentimiento y la confesión se produce un cambio radical en el carácter del pecador. Si alguno está en Cristo nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17).

“Los que llegan a ser nuevas criaturas en Cristo Jesús producen los frutos de su espíritu: ‘Amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza’. Ya no se conforman con las concupiscencias anteriores, sino por la fe siguen las pisadas del Hijo de Dios, reflejan su carácter y se purifican a sí mismos como él es puro. Aman ahora las cosas que en un tiempo aborrecían y aborrecen las cosas que en otro tiempo amaban. El que era orgulloso y dominador es ahora manso y humilde dc corazón. El que era vano y altanero es ahora serio y discreto. El que antes era borracho, es ahora sobrio, y el que era libertino, puro” (Elena G. de White, El Camino a Cristo, págs. 58,59).

Justificación. “Justificados, pues, por la fe, ten­emos paz para con Dios por medio dc nuestro Señor Jesucristo,.. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos... Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5:1,6,8,9).

“El perdón de Dios va mucho más allá del perdón del pecado. Dio no sólo perdona, sino que justifica. Esto significa que el hombre está realmente sin culpa delante de Dios” (Bílly Graham, El mundo en llamas, pág. 167).

Santificación. Después de la justificación con la ayuda de Dios, hay que mantenerse sin caída (Judas 24). No debe haber pecados voluntarios (Hebreos 10:26). El secreto de la santificación es crecer en el conocimiento de Dios (Colosenses 1:10). La única forma de obtener esa experiencia de progreso continuo, es estar íntimamente ligado con Jesús y Confiar en su poder (Gálatas 2:20; Romanos 8:37).

 

“Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Sólo estando en comunión con él diaria­mente y permaneciendo en él cada hora, es como hemos de crecer en la gracia... Conságrate a Dios todas las mañanas, haz de esto tu primer trabajo” (Elena G. de White, El Camino a Cristo, págs. 69, 70)

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